Instalación con 8 robots realizando secuencia coreográfica
Memoria conceptual | Como artista plástica en camino hacia la investigación tecnológica quiero incorporar a mi obra un imaginario amplio que abarque mis experiencias de viajes, culturas, lecturas.
En este proyecto quiero desarrollar dos de los ejes con los que vengo trabajando : El Carnaval Andino, el festejo del Día de los Muertos en México y la celebración del Año Nuevo Chino.
De estos tres rituales tomo tres figuras emblemáticas: el Diablo, la Muerte y el Dragón.
Estas dos personificaciones representan en dichos rituales lo lúdico, la creación, la fortaleza, el regocijo, la memoria, entre otras cosas, conceptos muy disímiles al significado que adquieren en nuestras construcciones occidentales donde reflejan connotaciones con carga negativa.
Los diablos, personajes danzantes y traviesos que juegan al carnaval de los opuestos-superpuestos, que están encubiertos unos en los otros, y realizan pícaras acciones burlándose del falso, pero omnipresente “pecado” importado.
Los muertos son los protagonistas de una fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de tristeza la visita cordial de los difuntos. Hay que deleitarlos y dejarlos satisfechos con todo aquello que es de su mayor agrado y asombro: la comida. Un ambiente regiamente aderezado en el que vivos y muertos se hacen compañía. Recibir y alimentar a los invitados, y convivir (o tal vez “conmorir”), con ellos.
Me interesa la idea de cruce y sincretismo que revele distintas capas significativas en los prototipos que he elegido, como una visión crítica al imaginario unívoco occidental.
Memoria descriptiva | Instalación para la vidriera de un paisaje imaginario poblado de personajes con movimiento real.
Consta de varios robots de 40 cm, maquetas con movimiento mecánico, objetos enredados en lana, móviles, estructuras, luces.
Ficha técnica
Materiales: componentes electrónicos y mecánicos, tela, papel, peluche, lana, huesos, plantas artificiales.
Medidas: 15 x 2 x 3 m
Año: 2008